Aquel no era yo: el drama de los niños y niñas soldados recogido en un documental

Niño Soldado en Costa de Marfil. Africa
autor del dibujo y la fotografía: Gilbert G. Groud

“Aquel no era yo” es un cortometraje que el próximo miércoles día 15 se proyectará a Alondiga Bilbao, en la Sala Bastida de la Plaza Arriquibar, 4 de Bilbao.
Se trata de un testimonio en el que se habla de la situación de los niños y niñas soldados, que pone el acento en una realidad de nuestros días que afecta a más de 300.000 niños, niñas y adolescentes de menos de 18 años.
Este documental se centra en el sentimiento y vivencia de un joven que, al dejar de ser niño soldado, no se reconoce a sí mismo en aquel niño que fue.  Una de las declaraciones más clarificadores de las que recoge el corto metraje es: “Ser soldado no es difícil: o te acostumbras o te matan. Lo más duro es conseguir vivir con los recuerdos y volver a ser tu mismo después de haber hecho las cosas que has hecho”.

TRAILER Aquel no era yo from quieneslala on Vimeo.
La proyección de este documental es una buena opción para revisar una realidad que de tanto como puede afectar resulta difícil de asimilar. Una realidad que viven niños y niñas que son utilizados para luchar, cocinar, hacer de espías o servir de objeto sexual.


Informe Global 2008 sobre los niños y niñas soldados.
Este es el informe general más actualizado referente a los niños y niñas soldados. En él se recogen una lista de países en los cuales, según este informe, tiene lugar le reclutamiento o la utilización de niños y niñas soldados (reclutados a partir de los 7 años y menores de 18, que suelen ser integrados en grupos paramilitares o en fuerzas armadas gubernamentales; hay que recordar que se incluye el uso como esclavos sexuales), pero también incluye los conflictos armados o los enfrentamientos donde los niños y niñas mueren víctimas de una forma habitual como víctimas colaterales o a los jóvenes que actúan en ataques suicidas; así como una revisión de la actitud de los países donde se efectúa el estudio,  en relación a su legislación sobre la inclusión de soldados en sus fuerzas armadas, a partir de qué edad, o los tratados internacionales que tienen firmados para prevenir o declarar su rechazo al uso de niños, niñas y jóvenes en las luchas armadas, etc..

El estudio de este informe abarca des de abril de 2004 a octubre de 2007, y se efectuó sobre 197 países.
Según este informe la proyección de la violencia que significa ser un niño o una niña soldado, ser usado en la luchas de los adultos y a la vez hacer que actúen incluso contra otros niños y niñas iguales que ellos, persiste aún en 17 países, aunque eso significa una lenta evolución positiva, ya que en el estudio anterior correspondiente al año 2004 eran 27 los países implicados.

Ser un niño o una niña soldado a veces es la única salida para sobrevivir, a menudo han sufrido la visión de la muerte o la tortura de su familia por parte de grupos armados o de fuerzas gubernamentales, pero detrás de estas incorporaciones que pueden parecer voluntarias se oculta una realidad de pobreza, de falta de acceso a la educación o la falta de oportunidades laborales; también hay quien es raptado para ser incorporado a estos grupos armados. Se da también la situación de niñas o adolescentes que prefieren ser soldados a soportar su entorno, o   un matrimonio impuesto, o el sufrimiento de la violencia o la explotación a la que son sometidas. Por tanto no se trata de un fenómeno aislado de la realidad, sino de una de las caras de esa realidad.

Cerrar las heridas físicas y psíquicas que dejan estas experiencias se convierte en todo un reto de los que consiguen salir. Son muchos los testimonios de niños y niñas ex soldados, que evidencia que arrastran un sufrimiento por haber matado a otros, o el sufrimiento de haber tenido que elegir entre ser asesinado o entrar a formar parte del grupo armado. Un niño ex soldado de la República Democrática del Congo declaró en el año 2002 que dos de sus compañeros habían muerto a consecuencia de los golpes que recibían durante su entrenamiento como soldados y que sus cuerpos fueron enterrados en las letrinas.

Es cierto que un gran número de estados han hecho un compromiso a través de tratados internacionales para evitar estas situaciones, i que también hay ONG’s que trabajan para rescatar estos niños y niñas de su infierno. Pero ante las declaraciones que realizan los niños y niñas rescatados de los grupos militares, resulta evidente que hace falta ir más allá para ayudarlos a superar el trauma resultante de estas experiencias.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

My Instagram